30.7.13

HISTORIAS. Hans Hass.



A los aficionados al submarinismo les podrá parecer inexplicable, pero no supe de la figura de Hans Hass hasta hace aproximadamente año y medio, cuando sobre él me hablaron los hermanos Irisarri durante una conversación en la que me contaban cómo el submarinismo había marcado sus inicios en el mundo del surf.

Me imagino que al igual que yo, habrá mucha otra gente de mi generación que no lo conozca, ya que tal vez su figura estuvo ensombrecida por la más mediática y televisiva de otro gran explorador submarino como fue Jacques Couestau. Pero tanto Hans Hass, como Couestau, marcaron un antes y un después en lo que fue la difusión, para el gran público, de los reportajes de naturaleza, y en particular del mundo submarino.

También, al ingenio y el espíritu innovador de ambos, se deben muchos de los adelantos que, tanto en los equipos de inmersión, como en los medios que hoy constituyen la base de la fotografía y cinematografía acuática submarina, tuvieron lugar en el siglo pasado.

Pero si hoy hablo de Hans Hass es porque hace unos días, a través de Vicente y José Irisarri, supe de su fallecimiento, el pasado 16 de junio, a los 94 años.


Durante su interesante vida, Hans Hass, y su segunda mujer Lotte, quien le acompañó en muchas de sus aventuras, fueron una verdadera inspiración para toda una generación de nuevos buceadores.

Entre su obra se encuentran 4 películas, más de 70 documentales para televisión y 25 libros, a través de los cuales no sólo dio a conocer el mundo submarino, sino que también divulgó la necesidad de conservar y proteger estos espacios. Entre sus obras destacan títulos como "Hombres entre tiburones" o "Bajo el Mar Rojo", que le valió el premio al mejor documental en el Festival de Venecia de 1951.

A partir de 1961 centró su actividad en el desarrollo de la teoría de Energon, y la fundación del Instituto Hans Hass en la Universidad de Viena.

Durante estos días he leído algo sobre la teoría de Energon, cuya difusión creo que se convirtió para Hass en el legado que quería dejar a este mundo. Y la verdad es que leyendo sobre ella, uno puede llegar a intuir la tremenda personalidad que se escondía tras su persona.

La teoría de Energón, basada en las observaciones directas realizadas por Hass de la vida submarina, considera que la clave, del desarrollo y evolución de cualquier especie, se encuentra en la "cooperación" que se establece, entre las distintas formas de vida, para aprovechar la energía y los recursos.

Esta teoría se contrapone a la tal vez más aceptada de la selección natural, que se puede decir que afirma que sólo progresarán los más fuertes o los más preparados, y que por tanto considera que evolución depende, en buena medida, de las aptitudes individuales de cada especie o individuo.

La teoría de Energón nos pone sin duda ante una clara evidencia: la clave de la supervivencia y desarrollo de la raza humana se encuentra en la supervivencia de las otras especies. Sólo entendiendo al conjunto como una unidad, en la que todas sus partes son necesarias, podremos desarrollarnos y evolucionar.

Recordando a Hans Hass es inevitable no encontrar paralelismos con la vida de nuestro admirado Juan Abeledo. Y no sólo por su papel de pionero en el mundo buceo, o por el desarrollo y la creación de sus propias herramientas, sino también por su propia filosofía de vida, basada en la observación y el contacto directo con la naturaleza, que le llevó a entender que en la cooperación de todos, y en el respeto hacia las otras especies, se encuentra la clave de nuestro propio desarrollo y evolución. Al igual que Hass, Juan se esforzó también en transmitirnos esos pensamientos conocedor, sin duda, de su importancia.

28.7.13

HISTORIAS. La Slash Sticks por Bruce Smith.









Mi amigo Jose es un amante de los detalles. De esas personas que disfruta realmente con las historias que hay detrás de algunos objetos. De hecho creo que muchas veces obtiene más satisfacción de esos detalles, del proceso que lleva descubrir algo o ponerlo a funcionar, que del propio uso de las cosas.

Jose me había hablado varias veces de la que había sido su primera tabla. Bueno, más que de su primera tabla, de la tabla con la que se había metido por primera vez en el agua, ya que ésta no era de su propiedad. La tabla pertenecía a un vecino, el cual se la había dejado durante un verano a principios de los noventa. Al contrario que él, su amigo, tras aquellos primeros intentos, lo dejó, y durante años la tabla, una flamante Slash Sticks, shapeada por Bruce Smith, permaneció guardada en el desván de su casa junto con otras cosas sin uso.

Aunque nunca se había llegado a olvidar de ella, durante algún tiempo la tabla fue sólo un recuerdo, hasta que, hace unos meses, Jose supo que la tabla descansaba aún en el desván de su amigo perfectamente conservada. Comenzó entonces toda una campaña para conseguir que se la dejase de nuevo. El interés fue aún mayor cuando, en una entrevista a Jorge Imbert publicada en la revista Surfer Rule, éste hablaba de una Slash Sticks como una de sus tablas mágicas. Tras varias llamadas y peticiones, por fin un día logró tenerla en sus manos.

La tabla tenía algún pequeño golpe, me imagino que de andar de un lugar a otro en el desván, así que Jose la llevó al taller de Tito para que se la arreglase. Además de los golpes, le faltaba también la quilla central, que no era fija, sino de cajetín. De visita en el garaje de Tito, Chicho Torreiro la reconoció al momento. Aquella tabla había sido suya hacia años. 

Emocionado por todas estas historias, Jose empezó a investigar sobre la Slash Sticks y descubrió que la misma había sido shapeada por Bruce Smith y glaseada por Neil Bird, en Sopelana, a principios de los ochenta.

Bruce Smith, como tantos otros jóvenes australianos, descubrió Mundaka a principios de los ochenta en un viaje por Europa. Enamorado de las tapas, el lenguaje, y como no las olas, se quedó, y abrió allí un taller, que con diferentes nombres, sigue en activo a día de hoy. Bruce había comenzado a shapear con 16 años en la playa de Cottesloe en Perth, hasta que con 19 años, en 1979, se puso al frente del taller Odissey Surfboards. En torno a 1985 se estableció en Mundaka, en donde se convirtió en uno de los habituales de la barra junto con otros australianos como Craig Sage o Nick Lavery. La leyenda dice que en Mundaka llegó a hacerse un tubo de un minuto, pero tal vez un minuto sea mucho exagerar.

Con todos estos datos Jose se puso en contacto con Bruce a través de internet:

"Hey, que buen reencuentro. Parece que la tabla está en muy buenas condiciones. La tabla es de 1984, hecha en Sopelana. Vendimos por aquel entonces varias tablas a un australiano que era el propietario de la tienda Lacanau Lou, la primera tienda de surf en Lacanau. La quilla central es del mismo tamaño que las otras dos. Si quieres hacemos una. Tengo que saber la anchura en la base y la altura de las otras dos quillas. Aún conservo una Bong Surfboards hecha en Sopelana de 1982. Hablamos. Otra cosa. Neil Bird sigue trabajando conmigo en Bermeo, glasseando y haciendo Kneeboards".

Con los datos que le aportó Jose, tomados de las dos quillas fijas, Bruce construyó una nueva aleta central para la Slash Sticks, cerrándose así, de la mejor manera posible, el círculo de la historia de esta tabla.

Ahora sólo nos queda probarla un día con buenas condiciones.

Otros detalles de la tabla, aportados por José Leal, uno de sus dueños anteriores: Slash Sticks, 5' 10'' 1/2x20x2 5/8, con v en el bottom, caja de timón central, suave winger con fish tail, canto 60/40, flat deck.

26.7.13

HISTORIAS. Este año no habrá Salinas.



Pues así es. Por diversos motivos este año no asistiremos al Festival de Salinas. Y si tengo especial pena por no ir, es sobre todo por la gente con la que uno siempre se encuentra allí, y también por la que por fin iba a poder conocer en persona, tras tratarnos sólo por la red. Pero otro año, o en otra ocasión será.

Para los que vayáis a ir, para los que estéis ya allí, o para los que aún estéis dudando en ir o no ir, os dejo un enlace con todas las entradas que dediqué al Festival del año pasado, por si os sirven de guía. Podéis encontrar todas las entradas reunidas pulsando AQUÍ.

25.7.13

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 10). Fin.









"¡La mar! Allá en Fuertevetntura, bañaba todos los días mi vista en la visión eterna de la mar, de la mar eterna, de la mar que vio nacer y verá morir la historia, de la mar que guarda la misma sonrisa con que acogió el alba del linaje humano, la misma sonrisa con que contemplará su ocaso.

Desierta es esta solemna y querida tierra aislada de Fuerteventura, una de las islas llamadas antaño afortunadas, y que tiene la fortuna y la hermosura a la vez en su noble y robusta pobreza. Tierra desnuda, esquelética, enjuta, toda ella huesos, tierra que retempla el ánimo.

¡Qué nombre tan sonoro, alto y significativo! ¿Fuerteventura? Es decir, ventura fuerte. Y si a estas Canarias se les llamó las afortunadas, a esta de Fuerteventura habrá que llamarla la fuertemente ventosa.

Para mí Fuerteventura fue todo un oasis; un oasis donde mi espíritu bebió las aguas vivificadoras, y de donde salí refrescado y fortalecido".


La lectura de algunos de los versos del poemario "De Fuerteventura a París" de Miguel de Unamuno, y el no tener nada interesante que publicar en el blog, me llevaron a recordar nuestros viajes a Fuerteventura a través de estas diez entradas. Nosotros, al igual que Unamuno, y a pesar del poco tiempo que permanecimos en la Isla, nos enamoramos también de su mar y de sus montañas.

Es curioso que en todos nuestros viajes coincidimos siempre, sin programarlo, con amigos que estaban de vacaciones igual que nosotros. Pero también con otros que encontraron allí su lugar, y que hicieron que nos fuese más fácil el sumergirnos en el ambiente de la Isla: Julio, Bea, Miguel, Jacobo, Manuel, ... Y entre todos ellos, Raquel y Toño, que hicieron en nuestros viajes de perfectos guías y descubridores de lugares increíbles que sin ellos, y como turistas normales, no hubiésemos conocido. No al menos de esa manera.

Tras estas pequeñas vacaciones temáticas en el blog, volvemos con fuerzas renovadas y nuevas historias que contar.

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 9). Lobos.









Parece mentira que en un lugar tan pequeño puedan existir tantos sitios interesantes que conocer. Durante nuestros tres viajes a Fuerteventura, habremos llegado a estar en la Isla algo más de mes y medio, pero aún así son muchas las cosas que nos quedan por descubrir. Uno de estos lugares es la Isla de Lobos.

A sólo cuatro kilómetros y medio de Corralejo, Lobos, en sus escasos 6 kilómetros cuadrados de superficie, se pueda considerar como una muestra perfecta de lo que las Islas Canarias nos pueden ofrecer.

La Isla en su totalidad es un parque natural. Las reseñas históricas cuentan que hace años era refugio de colonias de focas monje y lobos marinos, tal vez de ahí su nombre. A pesar de que hoy queda poco de ellos, la Isla tiene un valor ecológico muy grande, destacando en el conjunto los ecosistemas que se dan en los campos de lava solidifica, denominados malpais, con un catálogo de más de 130 especies vegetales. Pero también es un excelente refugio para colonias de aves marinas.

A la Isla se puede acceder desde Corralejo en barco. Nosotros la rodeamos en la zodiac de David, aunque antes hicimos una parada para comer en El Puertito, en donde nos dimos, en las piscinas naturales que se forman, un baño en las aguas más cristalinas que recuerde.

Desde allí dimos la vuelta a la Isla pasando por la playa de la Arena, el Faro de San Martiño, la Montaña de la Caldera, hasta que llegamos al muelle, y en donde antes de volver a la isla grande, volamos sobre sus aguas. Nos quedaron por probar sus olas, pero ello lo haremos en el siguiente viaje.

23.7.13

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 8). Las olas.







Si viajamos a Fuerteventura, además de para descansar y disfrutar del sol, fue sobre todo para coger olas.

En el primer viaje nuestro nivel era más bien bajo. Y con ello me refiero a que estábamos en esa fase del aprendizaje en donde empiezas a coger tus primeras paredes y realizar tus primeros giros. No sé si por ello que recuerdo que, lo que más nos impresionó, fue la fuerza olas en relación con su tamaño. Pero también el surfear en olas de fondo de roca. Acostumbrados a la arena, la verdad es que al principio llama la atención ver el fondo tan claro y, lo que parece, tan cerca de la superficie del agua. Pero una vez que te has caído varias veces, y ves que casi nunca tocas el fondo, se va cogiendo confianza.

Pronto entendimos que había algunas cosas que eran diferentes a coger olas en nuestras playas. La principal es que no se puede entrar y salir por dónde a uno le cuadre, salvo que asumas el riesgo de golpearte contra las rocas o llevarte alguna púa de erizo de recuerdo en el pie. Por eso, si no se tiene claro por dónde entrar, lo mejor que se puede hacer es esperar a que alguien lo haga. Lo mismo para salir. Y otra no menos importante: en algunos sitios no puedes seguir en la ola mientras tengas una pared por delante, sino que en una determinada sección hay que salirse si no quieres probar la dureza de la roca. Así que antes de entrar, es conveniente ver romper algunas olas, pero saber dónde está ese punto.

En el tercero de nuestros viajes fue sin duda en el que más surfeamos y en el viaje en que conocimos más olas. En la ruta por la costa entre Corralejo y Cotillo hay un montón de sitios para elegir. Pero donde más surfeamos fue en El Hierro y Cotillo. Pero también en El Burro, Bristol, Mejillones, en el Puerto de Corralejo, y en otros sitios donde entramos pero de los que no sé los nombres. Nos quedó por ejemplo surfear en Esquinzo o la en Isla de Lobos, pero seguro que lo haremos en el próximo viaje.

22.7.13

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 7). Ascensión a los volcanes.





"Esta isla tiene un estilo, un estilo esquelético. Esquelética es su tierra, estas ruinas de volcanes que son sus montañas, a modo de corcovas de camellos, las montañas de esta isla acamellada, esqueléticos son sus camellos, que acusan su osamenta vigorosa".

-Miguel de Unamuno

Acostumbrados a la orografía gallega, una de las cosas que más nos llamó la atención era como en medio de la planicie de la Isla, se elevaban montañas de roca volcánica. Y es que los volcanes son ineludibles en Fuerteventura. A ellos, al igual que para el resto de islas del archipiélago, se debe su formación hace unos 70 millones de años, aunque se cree que fue hace 17 millones de años cuando la Isla emergió de los océanos.

Es inevitable visitar la Isla y no sentirse atraído por sus volcanes y no sucumbir a la curiosidad de subirse a uno. O a varios. No sé exactamente los nombres de todos volcanes a los que nos subimos, aunque creo que el último fue el de Bayuyo, desde donde se tiene una visión excepcional de Corralejo, la Isla de Lobos y buena parte de la costa Norte. Creo que estuvimos también en el Calderón Hondo, sobre todo porque recuerdo que en la ascensión nos encontramos con pequeños cráteres, a los que llaman "hornitos", y por los que al parecer, y durante las erupciones, salían también grandes cantidades de lava.

20.7.13

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 6). La Casa Winter.



De entre todas las casas que descubrimos en Fuerteventura, mi preferida, sobre todo por la historia que se encierra en ella, es la Casa Winter, de la que ya hablé en el blog hace un tiempo.

Cuando la visitamos, la verdad es que no conocía en detalle todas las historias y leyendas que rodean la casa. Me imagino que por ello, ya que hoy me parece increíble, no tengo ninguna foto del exterior del edificio, y muy pocas fotos del interior. Tal vez la culpa fue de que cuando llegamos, había una espesa niebla que casi no dejaba ver la casa a lo lejos, y su arquitectura no me llamo especialmente la atención. El que la cámara fuese de carrete, seguro que también tuvo algo de culpa en la escasez de fotos. 

A la Casa Winter se llega a través de una pista de piedra por la que, al menos entonces, resultaba muy difícil transitar en un turismo normal. Nosotros íbamos en el todo-terreno de Raquel y Toño, por lo que el viaje se hizo más fácil. Tras pasar por la playa de Cofete, donde visitamos el cementerio, y tras preguntarnos varias veces a dónde nos llevaban nuestros guías, llegamos a la casa. 

Por increíble que nos pudo parecer, la vivienda estaba habitada por una señora mayor, y creo que uno de sus hijos. Si aquella situación nos pareció sorprendente no sólo era por el aislamiento de la casa o lo duro del clima en este cara de la Isla, sino también porque en su entorno, que si por algo destacaba era por su aridez, no parecía que hubiese nada, o prácticamente nada, que proporcionase el sustento básico para vivir allí. Una gallinas corrían en un cercado situado en la parte de atrás de la casa, y creo recordar que había una pequeña huerta. La verdad es que no sé cómo se abastecían de agua, aunque sí nos contó cómo el Cabildo le había instalado unas placas solares para que pudiese disponer de energía eléctrica. Pudiendo haber elegido otro lugar de la Isla, con mejor clima, mejor comunicado, ..., aquella señora había preferido vivir allí.

Ya de vuelta, y a medida que nos acercábamos a la costa de sotavento de la Isla, fuimos dejando la niebla atrás, y volvimos al sol.





La historia de la casa, en desdelacroa, pulsando AQUÍ.

18.7.13

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 5). La escasez convertida en virtud.


El desarrollo de los comunicaciones ha hecho que hoy en día sea relativamente sencillo y barato disponer de cualquier producto en cualquier lugar del mundo. Pero hace años, cuando ésto no era así, la única opción era la de emplear los recursos que uno tenía próximos para abastecerse de todo lo necesario para la vida. Esta necesidad de autosuficiencia se veía aún más acentuada en el caso de las islas.

Del mismo modo que aquí en Galicia hemos utilizado tradicionalmente la piedra y la madera para construir nuestras casas, en Fuerteventura las rocas volcánicas, la madera y la tierra fueron durante siglos prácticamente el único material disponible para construir casas, caminos y muros. Ello no impidió que en la Isla se desarrollase una arquitectura propia, creo que con claros elementos identificativos, y entre los que destacaría, sobre todo en las edificaciones más sencillas, el cómo la escasez, derivada en sencillez, se convirtió en virtud.

Entre las construcciones, las primeras que me llamaron la atención fueron los muros. Al igual que aquí, los muros se levantaron evidentemente para separar las distintas tierras y propiedades. Pero al contrario que en el minifundio gallego, en la Isla los muros se extienden formando líneas interminables (sinceramente creo que hay alguno que atraviesa toda la Isla). Líneas marcadas por el acabado en cal de sus cumbreras, el cual destaca sobre el negro de la roca. Viéndolos, la verdad es que siempre he pensado en el tremendo trabajo que debió suponer levantarlos: reunir las piedras, colocar unas sobre las otras, amasar el mortero de cal, ... .

En las viviendas, es fácil entender cómo la arquitectura local se adaptó a los materiales disponibles y la climatología: muros de roca volcánica, vigas, galerías y escaleras de madera, ventanas pequeñas con contras y patios interiores para refrigerar las estancias. Muchas de las viviendas más llamativas se encuentran incomprensiblemente desocupadas. En algunas de ellas casi nos pareció que sus dueños se hubiesen acabado de ir, aunque por su estado era fácil percibir que allí hacia muchos años que no vivía nadie. ¿Quién habría sido el último en visitarlas?










16.7.13

HISTORIAS. Fuerteventura (parte 4). Viaje en el tiempo.



Una de las cosas que más nos atrajo de Fuerteventura, sobre todo durante el primero de nuestros viajes, era la sensación continua que teníamos de que, en muchos lugares de la Isla, parecía que el tiempo se hubiese detenido. No sólo era la tranquilidad con la que la gente parecía afrontar el día a día, ajenos a las prisas de la vida moderna, sino también por muchos objetos que formaban parte del paisaje y que le llevaban a uno a tiempos pasados. 

Uno de estos elementos del paisaje eran los coches. Allá donde fueses, y sin necesidad de buscar, era relativamente fácil encontrarse con vehículos que nunca antes había visto. Algunos mejor conservados que otros. La mayoría en desuso. Tal vez fuese sólo una cuestión derivada de la insularidad. El hecho de estar aislados, y que los recursos fuesen escasos, hace que a todo lo que se tenga se le saque el máximo provecho, utilizándose y conservándose, hasta que sea posible.