20.2.15

HISTORIAS. Terry Fitzgerald.


De entre todas las secciones fijas que tiene el Surfers Journal, mi preferida es "Lo mejor que he visto". En ella, conocidos personajes del mundo del surf cuentan el momento de su vida, como surfistas, que más les ha impactado. De entre todas las historias que he leído, una de los que más me ha gustado es la escrita por el fotógrafo Art Brewer dedicada a Terry Fitzgerald.

"Tras muchas horas, días, semanas y años a lo largo de las últimas cuatro décadas, puedo decir que he visto surfear a los mejores surfistas del mundo. He estado presente en muchos de los grandes momentos de la historia del surf, desde los tiempos de Gerry López a Kelly Slater. Pero cuando mi memoria mira atrás, y busca un momento especial, siempre viaje a 4 horas de un día de Julio del año 1975 en Jeffrey's Bay.

Al surfista que observaba lo había visto surfear en otros lugares como Sunset Beach, Rocky Point y otras olas de la Costa Norte de Hawaii. Pero en aquel momento estábamos al otro lado del mundo, en la mitad de un viaje alrededor del globo que habíamos comenzado hacia ya varias semanas. Aquel día las olas rompían perfectas, con un tamaño entre 6 y 8 pies. Y entre ellas estaba Terry Fitzgerald, surfeando de una manera que entonces creí únicamente reservada a los "dioses", recorriendo paredes de más de 1000 yardas.


Terry cogía la ola en Boneyards, atravesaba Supertubes, y se colocaba a la perfección en la pared de la ola para cruzar la sección imposible de Impossibles, girando e impulsándose dentro del tubo, hasta salir en The Point. Yo, solamente acompañado por otro par de personas y la arena de las dunas, estaba siendo testigo de un momento histórico, irrepetible, protagonizado por el maestro de la velocidad y el estilo, que ante mis ojos estaba llevando al surf, en aquella tarde, a un nivel nunca antes visto, en una representación perfecta de sincronización entre la mente, el cuerpo y el alma. El surf de Terry rompía las reglas tradicionales: el modo en cómo cogía velocidad impulsándose con su cuerpo, aprovechando la forma de la ola, empleando sus manos y tobillos para llevar su tabla al lugar donde podría conseguir mayor velocidad, siempre atacando la sección más rápida y crítica con un control preciso.

Cuando terminaba una ola, volvía de nuevo hasta Boneyards para coger otra. No estoy seguro cuántas olas cogió ese día, pero no salió del agua hasta que las condiciones empeoraron. Aquel día Terry se ganó para siempre el apodo de "el Sultán de la velocidad".

Todo lo que hoy le puedo decir es gracias. Gracias por haberme ofrecido el mayor espectáculo que nunca he visto".

Tras leer el texto busqué por internet vídeos con imágenes de Terry Fitzgerald en Jeffreys Bay, pero la verdad es que no encontré muchas, así que aproveché para volver a ver algunos de los vídeos que me han impactado de esta ola, y entre los cuales está el de Heath Joske, uno de mis preferidos por su plasticidad y estilo, y que no deja de ser un homenaje evidente, aunque actualizado, al surf de Fitzgerald.

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