22.11.15

HISTORIAS. San Jorge.













San Jorge siempre ha sido para nosotros nuestra playa "de invierno". De hecho, y para mí, un invierno es bueno o malo, en cuanto a olas, en función de lo bien que hayan estado los fondos y los días en que hayamos podido surfear en esta playa. 

Por desgracia San Jorge no siempre rompe en buenas condiciones. En la correcta disposición del banco de arena intervienen un montón de variables que se han de conjugar: el punto por dónde desemboca el río que llega a la playa, el recorrido y la salida de la corriente que en paralelo barre la orilla, la cantidad de arena que se haya acumulado durante el verano y que los temporales llevarán a la barra, ...  Si alguna de estas variables falla, y la arena no se coloca bien a mediados del otoño, será difícil que durante ese invierno tengamos buenas olas. Durante el otoño-invierno pasado, sólo las hubo durante una semana. Otros años, sin embargo, San Jorge nos ha ofrecido baños buenísimos, con largas izquierdas en las que poder imprimirle a tu tabla toda la velocidad que es posible, mientras que vas encadenando giros y pasando secciones que creías que iban a cerrar. Posiblemente se trate del lugar en el que he cogido mis mejores olas. También las más grandes. Y en dónde también nos hemos llevado los mayores sustos, en esas series sorpresa que sabes que en cualquier baño pueden entrar, y que se han convertido de algún modo en el símbolo distintivo de esta playa.

Hasta hace un año siempre lo había surfeado con tabla corta, y mis ojos, al verla romper, siempre lo hacían con el enfoque de quién surfea con una tabla de seis pies. Por ello, muchos días, he despreciado sus olas por considerarlas demasiado pequeñas, aunque rompiesen bien. Pero desde que tengo el longboard las cosas han cambiado, y el rango de olas con las que se puede surfear en San Jorge se ha ampliado un montón. De hecho el año pasado lo surfeé muchos más con el longboard que con la tabla corta. Y este año vamos por el mismo camino. Con los fondos de momento no bien colocados, sólo los días más pequeños rompen olas con algo de calidad.

Todas las fotos de esta entrada son del otoño-invierno pasado. 

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